no creas que las imagenes que pueden ver tus ojos fijos en un solo punto, son la verdad del tiempo: todos saben que esto es relativo.

viernes, 15 de agosto de 2008

Relojes mudos.

No necesitaba nada más. Un respiro, un aire a sus pulmones y se lo agradecería por siempre.. o quizás no. // Pataleó con todas sus fuerzas. Un blanco color se reflejaba en sus pupilas, los puntos rojos ya no eran solo del atardecer. // Su naríz se torció, su boca se contrajo. Apretó los dientes y las manos, dió una última patada y esperó. La noche estaba detrás de las cortinas, la luz de la luna reflejaba una sombra. Sus piernas se movieron involuntariamente, su estomago descansó. Algo frio tocó sus muslos, algo brillante rozó su rodilla. Un dolor punzante se dirigió a su estomago, luego a sus pies que estaban fríos y descalzos. // Un susurro (dolor) acarició su oreja, un aliento la acarició. Un impulso tomó su corazón.

Las sabanas cayeron junto a la cama de rojo esmalte, el piso se bañó en marea. El cuerpo dejó de moverse, pensó, botó la almohada junto a sus pies y esperó. Respiró con dificultad, limpió su cuchillo con un pañuelo anteriormente manchado, y se lo guardó en el bolsillo delantero. Con su antebrazo se limpió el sudor que caia por su frente. Pasaron horas para él, pero solo eran segundos que el reloj contaba con pesar y lentitud.
Tic, tac.

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