Cuando cierro los ojos, algunas imagenes, vivencias y experiencias vuelven a mi mente. Se proyectan como películas; fotogramas que pasan a una velocidad apta para el espectador, que se encuentra solo en esta sala de cine sólo para llorar, con una caja de pañuelos y la peor música mamona que se pueda reproducir.
Algunos de estos fotogramas muestran anécdotas graciosas de la infancia, algunas tristes, unas cuantas caídas; experiencias en donde se sacan vivencias para aprender.
Luego la película llega a la adolescencia..
Al encontrarse aún en esta etapa de la vida, las imagenes de ven con colores más vivos, una calidez más alta, en donde las pasas hacen efecto dentro de la memoria.
Los detalles que no se pueden recordar soñando despierto, se ven con claridad en este momento. Y las lágrimas comienzan a caer por las mejillas, algunas de felicidad, otras de simple tristeza.. de emoción. Llegan hasta el cuello y se pierden por la camisa, al igual que los momentos que los ojos húmedos estan viendo.
Son parte del pasado, pero que sólo es eso: El recuerdo.
Y por ser el recuerdo, se extrañan esos minutos donde te olvidabas del tiempo. Te arrepientes de algunas cosas que no hiciste, que podrías haber hecho, que deberías haber hecho. Los cambios que estas experiencias te han hecho se hacen notar en este preciso instante, donde los pañuelos se acaban y tu terminas por llorar. Sonríes.
Sabes que todo lo que hiciste y no hiciste lo harás de nuevo, lo repetirás, lo harás ahora sí que sí. Porque todo te sirvió para crecer, para aprender. Para eso sirven los recuerdos y las experiencias. Para aprender.
A pesar de que heches de menos ciertos sucesos, ciertas personas, ciertas sonrisas y ciertas anécdotas, sabes que vendran mejores más adelantes.
Porque los cambios suelen ser para mejor, porque te sirven para crecer. Para crecer.
Y la pantalla se apaga, las luces se encienden. Creías que estabas sola viendo esa película, pero no es así; algunas personas te sonríen desde las butacas cercanas. Estan ahí, contigo, viendo tu pasado.
Y te sientes felíz, te sientes bien.
Porque no estás sola, y todos ellos te han enseñado a crecer.
Ay! mi vida eres tan gay (L) :)
ResponderEliminar